30 de octubre de 2008

Obama, de la realidad a la esperanza


Obama sumó ayer un nuevo hito a su historial donde incluye ser el primer candidato negro a la presidencia de los Estados Unidos o haber recaudado más que cualquier otro aspirante en un proceso electoral. Ese nuevo hito es más bien una revolución de lo que se venía haciendo hasta la fecha a nivel mediático. Con la compra del espacio televisivo de ayer por la noche, se abre un nuevo género de persuasión en la comunicación política, que da un paso más allá de los “minutos electorales” que la televisión pública, por ejemplo en España, ofrece a todos los candidatos para hacer llegar sus propuestas.

Lo del senador por Illinois es mucho más ambicioso. En primer lugar porque se enfrenta a un posible rechazo del público hacia una iniciativa que deja cuatro millones de dólares en autopromoción. Y en segundo, porque de no resultar un éxito, supone una manera muy costosa de “quemar” su imagen a pocos días de las elecciones. Pero, es evidente que también puede desencadenar efectos positivos.

Los 27 minutos de duración del vídeo trasladan el mensaje de Obama directamente a los corazones de los votantes. Los planos y la música están perfectamente acompasados para generar una reacción emotiva en el espectador. Obama trata temas como la economía, la salud, la energía y la educación a través de ejemplos de familias reales. Pero el demócrata lo realiza de un modo mucho más acertado que con el mero anunción de medidas, consiguiendo un efecto inmejorable en materia de comunicación; habla de valores y no de temas concretos. Cuando, por ejemplo, explica su propuesta de reducción de impuestos o de independencia energética, el telón de fondo que envuelve su discurso es la libertad, el trabajo, el sueño americano y la justicia, valores compartidos por la buena parte de la sociedad estadounidense, especialmente por la clase media que tanto menciona el demócrata en el vídeo.

En cuanto al guión, es optimista y en el plano emotivo va in crescendo. Al comienzo, pone sobre la mesa los actuales problemas de Estados Unidos, en una acusación velada a los republicanos y, por tanto, a John McCain. Las familias actúan como hilo conductor y eje del discurso. El final busca conmover al espectador. Obama recupera el discurso de los valores para, entre una sucesión de imágenes en blanco y negro, redondear el mensaje de esperanza y cambio que el demócrata intenta hacer llegar a los estadounidenses y que ayer fue seguido por más del 20% de aquellos hogares.


29 de octubre de 2008

Elecciones en Maldivas (generales)

Maldivas celebra sus primeras elecciones democráticas
nombrando un nuevo presidente


Mohamed Nasheed (abajo en la imagen) del Partido Democrático de Maldivas (MDP, según su acrónimo en inglés) ha resultado ganador de las elecciones presidenciales al derrotar finalmente a Maumood Abdul Gayoom, líder del Dhivehi Rayyithunge Party, DRP, y presidente de la república desde 1978, en la segunda vuelta de las primeras elecciones multipartidistas de la historia de este país, acontecidas el 28 de octubre.

Mohamed Anni Nasheed , de 41 años, ingeniero y ex preso político, obtuvo el 54,21% de los votos frente al 45,79 % del longevo máximo mandatario. En la primera vuelta, que tuvo lugar el pasado día 8, ningún candidato había logrado superar la barrera del 50% de los sufragios necesarios para alzarse con la victoria electoral. Maumood Abdul Gayoom, ahora derrotado, había conseguido, sin embargo, imponerse con el 40,63% a su opositor Mohamed Nasheed que sólo había podido contabilizar el 25,09%. El resto de los votos válidos fueron a parar entonces al candidato independiente Hassan Saeed (16,78 %), Qasim Ibrahim del Partido Jumhooree (Partido Republicano) (15,32 %), Umar Naseer del Partido Democrático Islámico (1,40 %) e Ibrahim Ismail del Partido Liberal Social (0,78%).

Elecciones en Lituania (generales)


El centroderecha lituano se alza con el poder en unas elecciones con baja participación

El partido Unión Patriótica, UP, ha conseguido 44 escaños y se convierte en la primera fuerza política de Lituania, tras las elecciones generales del pasado 26 de octubre. En la segunda vuelta logró sumar otros 26 escaños a los 18 que ya había contabilizado en la primera ronda electoral celebrada dos semanas antes, el domingo 12.

Los conservadores de la UP están liderados por el ex primer ministro Andrius Kubilius (en la imagen) quien, muy lejos de la mayoría absoluta, espera formar gobierno con el centroderecha y los partidos liberales para poner fin a siete años de mandato de la izquierda. En este mismo sentido se expresó el presidente lituano Valdas Adamkus, quien ya se había mostrado partidario de respetar la voluntad de las urnas y encargar la coalición de gobierno al partido que resultase ganador.

El Partido Socialdemócrata liderado por el todavía primer ministro Gediminas Kirkilas, que consiguió totalizar 24 escaños, 10 en la primera convocatoria y 14 en la segunda, es la segunda fuerza más votada a pesar de la derrota. Afincado en el poder desde 2001, a partir de 2004 se había visto obligado a gobernar en coalición con partidos minoritarios.

El Parlamento lituano (Seimas) está compuesto por 141 legisladores que se eligen por un sistema mixto: 70 por listas de partidos y 71 en circunscripciones mayoritarias. En la primera vuelta votó cerca del 44% del censo, mientras que en la segunda tan sólo se llegó al 32%.

28 de octubre de 2008

Obama ante las amenazas


A una semana para la celebración de elecciones, existen varias cuestiones de diferente calado que amenazan la conquista de la presidencia por parte de Barack Obama, pues como hemos comentado, los sondeos le otorgan una ventaja considerable. Aquí consideraremos algunas de las razones para apoyar o rechazar esas tesis:

-La desmovilización: una de las desventajas que puede traer implícita la publicación de sondeos tan favorables a los intereses demócratas es la desmovilización de su electorado. No obstante, desde sus filas se cree que los ocho años de Administración Bush deberían actuar como contrapeso a esa tendencia. De ahí que se entienda el afán de Obama en relacionar a McCain con Bush, como garantía de participación de toda la masa electoral demócrata. Tampoco hay que desdeñar el hecho de que Obama haya conseguido la inscripción en el censo de nueve millones de nuevos electores.

-El efecto Bradley: se trata de un fenómeno recurrente en esta campaña y recogido por los medios de comunicación. Según este efecto, los estadounidenses se guardan de expresar su verdadera opinión cuando son encuestados por temor a ser calificados como racistas, incluso por el propio encuestador. Las afirmaciones que respaldan la existencia de esta tendencia son, tanto históricas como estadísticas. La parte histórica data de 1982 y lleva el nombre de un candidato demócrata que competía por el cargo de gobernador de California. Aunque las encuestas le dieron como favorito durante toda la campaña, fue su rival, George Deukmejian, quien obtuvo la elección. Bradley era negro mientras que Deukmejian era blanco. Ejemplos bastante similares se repitieron en las elecciones para gobernador de Virginia en 1989, donde el candidato favorito, también negro, se llevó la elección por un margen mucho más estrecho de lo que indicaban los sondeos. Y exactamente igual el mismo año en la carrera por la alcaldía de Nueva York, en la que Dinkins ganó la elección a Guiliani por apenas dos puntos frente a los 18 que indicaban las encuestas. En cuanto a la parte estadística, los asesores del gobernador Deukmejian pusieron de relieve que al menos un cinco por ciento de los porcentajes de voto eran poco fiables y, con relación a este proceso, se calcula que alrededor de un 15% de los votantes se declara indeciso.

-El suelo electoral republicano: es la principal razón por la que se continúa contando con McCain en la carrera presidencial. Sería complicado ver esas mismas reservas, tantas veces reflejadas en este blog, si la ventaja de siete puntos correspondiera al republicano. De todas formas, vemos de nuevo dos argumentos, uno a favor y otro contrario, para analizar esta teoría.

A favor, valoremos un dato: desde 1968, tan solo en una ocasión un candidato republicano ha contado con menos de 40% del voto popular. Ocurrió en 1992, cuando George Bush fue respaldado por el 37.4% de la población.

No obstante, y de aquí parte el argumento que rechaza para este caso la teoría, el sistema electoral estadounidense se basa en el voto electoral y no el popular, lo que ha provocado con los años que la habitual victoria republicana en territorios en las canteras más productivas de delegados (Florida, Iowa, New Hawsphire, Ohio, etc) haya convertido en presidentes a candidatos republicanos que no necesariamente han conseguido el voto de mayor número de personas a nivel de todo el país. El ejemplo más claro lo encontramos en el año 2000, cuando George W.Bush fue votado por ocho millones y medio menos de personas que Al Gore, pero logró cinco delegados más (271) especialmente por su victoria in extremis en Florida. Pues bien, en algunos de esos estados parece que la victoria correspondería a la candidatura Obama-Biden, por lo que este punto quedaría desactivado.

-La posibilidad del atentado: sin caer en teorías conspiranoicas, sí es cierto que Obama recibe una protección sin precedentes por parte de los servicios secretos y que ya han sido dos los casos, más o menos creíbles, en los que se ha intentado asesinar al candidato demócrata.

-El voto de castigo de los seguidores de Hillary Clinton: era uno de los puntos a los que se agarraba la candidatura republicana para arañar votos. Sin embargo, no parece que haya surtido efecto el intento por crear división en el seno del Partido Demócrata. El paso de las semanas desde la celebración de las primarias y el apoyo explícito de la senadora a Obama, parece haber enfriado la polémica de manera definitiva.

27 de octubre de 2008

Obama, McCain y el voto del miedo


En las últimas fechas hemos venido comentando los derroteros por los que cada candidatura marcaba las estrategias que han de ayudarlos a conquistar la Casa Blanca. Como recordarán, la republicana es definida con frecuencia como “campaña del miedo” en la medida en que critica a Obama presentándole como un mal en potencia que, además, oculta información incómoda para sus intereses y, por tanto, no es fiable para presidir el país. De ese modo, ya no sólo se enjuicia el nivel de experiencia del candidato demócrata, sino que también se busca el acoso personal que roza la difamación, como en el caso de su relación con el terrorista Bill Ayers. Esta última cuestión se enmarca dentro de eso otro que no sabemos de Obama y que lo vuelve impredecible, plantean los republicanos.

En posts anteriores hemos señalado las razones por las cuales creemos que semejante estrategia es un error, por lo que no las repetiremos. Sí iremos un paso más allá para preguntarnos si desde la candidatura Obama-Biden se han dado pasos similares. En concreto, nos referimos a las reiteradas acusaciones de continuidad que el demócrata vierte sobre McCain en relación con el presidente Bush. Al margen de la evidencia que supone que ambos políticos pertenezcan al Partido Republicano, lo cierto es que el mensaje lanzado con frecuencia por Obama ataca los mismos cimientos que pretenden debilitar McCain y los suyos cuando dudan de la capacidad del demócrata; los de la credibilidad. La candidatura demócrata pone sobre la mesa el siguiente razonamiento: cuatro años con McCain es igual a cuatro años más de Bush, es decir, de falta de previsión económica, de pérdida de liderazgo mundial, de guerras, de desregulación y, por tanto, incremento de vulnerabilidad de todos ustedes ante los imprevistos, etc.

Pese a todo, creemos que existen varias diferencias fundamentales que no convierten a ambas fórmulas en caras distintas de la misma moneda pese a que comparten dosis de verdad, (Obama es un político relativamente inexperto y McCain ha votado a favor de las políticas de Bush en el 90% de las ocasiones). La primera es que el ataque del republicano es personal y no político. Y la segunda es que, en el caso de Obama, las andanadas en las que compara a McCain y Bush es sólo una parte de la estrategia que adopta, mientras que en el republicano creemos que es el exclusivo. La indefinición de la que McCain ha hecho gala desde que comenzara la campaña electoral desembocó en la adopción de esa fórmula de desprestigio y autoreivindicación de la que no ha sabido distanciarse para lanzar mensajes optimistas e independientes, en la línea de lo que predica.

(A ocho días de la celebración de las elecciones Barack Obama aventaja en más de siete puntos a John McCain).

Elecciones en Chile (municipales)


La coalición derechista Alianza por Chile logra un
triunfo histórico

Además de las municipales en Brasil, otro país del cono sur eligió ayer representantes para sus ciudades. Chile acudió a las urnas para designar a 345 alcaldes y 2.144 cargos de concejales, en unos comicios que analistas y expertos habían coincidido en señalar como un anticipo de las elecciones generales de 2009, situación similar a la acontecida en el país gobernado por Lula da Silva. La cita vendría a suponer, a la postre, un pulso por adelantado entre las dos grandes fuerzas políticas chilenas: la coalición derechista Alianza por Chile (integrada por el Partido Renovación Nacional, RN, y la Unión Demócrata Independiente, UDI) y la Concertación de Partidos por la Democracia, el bloque oficialista de centro izquierda que concurría por separado en dos listas: la Concertación Progresista (formada por las dos formaciones minoritarias, el Partido por la Democracia, PPD, y el Partido Radical Social Demócrata, PRSD) y la Concertación Democrática (que agrupa al Partido Socialista, PS, de la actual presidenta de la república Michelle Bachelet, y Democracia Cristiana, DC).

Tras los resultados, la Alianza, que no conocía la victoria desde hace cincuenta años, ha conquistado un triunfo histórico en la elección de alcaldes, superando en dos puntos al bloque oficialista (40,49% contra 38,43%) y arrebatando las alcaldías más emblemáticas del país, Santiago, Valparaíso y Concepción. Por su parte, la Concertación consigue mayor número de concejales y sigue siendo la fuerza más votada del país con nueve puntos porcentuales de ventaja (45.2%) sobre la oposición (36%).

En Santiago el ganador fue Pablo Zalaquett, UDI, quien con el 47% de los votos se impuso a Jaime Ravinet, DC, que obtuvo el 35%.

En Valparaíso, Jorge Castro, UDI, arrebató al sillón municipal a Aldo Cornejo, DC, por dos puntos de diferencia, 44% contra 42%, respectivamente.

En Concepción, la victoria fue para la candidata Jacqueline Van Rysselberghe, UDI, por un incontestable 63% de los sufragios, que afronta su tercer mandato al frente de la ciudad.

Tres listas más participaron en las elecciones: la izquierdista Juntos Podemos Más (Partido Comunista, PC, Partido Humanista, PH, e Izquierda Cristiana de Chile) que se alzó con el 6,36 % de los votos para la elección de alcaldes y el 9,07% para la de concejales; el pacto Por un Chile Limpio (Chile Primero, CH1, Partido Regionalista Independiente, PRI, y Partido Ecologista) 4.02% y 7,57%; y el pacto Fuerza del Norte (Partido Fuerza País) 0,37% y 0.45%. Otros candidatos independientes, fuera de pacto, obtuvieron el 10,30% y 1.61% de los sufragios.

Finalizado el tercer cómputo del escrutinio, figuraban como formaciones más votadas para la elección de alcaldes la UDI, DC y RN; mientras que para la elección de concejales lo eran RN, UDI y DC, por este orden.

Sebastián Piñera, líder derechista del RN en la Alianza por Chile, aparece como favorito en los sondeos para las Presidenciales de 2009. En la Concertación de Partidos por la Democracia aparecen como precandidatos Eduardo Frei y Soledad Alvear, DC; además de José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de los Estados Americanos, y el ex presidente Ricardo Lagos.

Elecciones en Brasil (municipales)


El Partido de los Trabajadores de Lula se queda sin Sao Paulo pero aguanta en el resto del país

Brasil ya tiene nuevos alcaldes para sus ciudades. Los más de 27 millones de votantes convocados a las urnas ayer 26 de octubre, respondieron con un porcentaje de participación del 80%. Era la elección definitiva tras la celebración de la primera vuelta a comienzos de este mes.

En Sao Paulo venció con rotundidad, Gilberto Kassab, del Demócratas, DEM, tras imponerse a Martha Suplicy, del Partido de los Trabajadores, PT, por una diferencia superior a 21 puntos porcentuales. Tras el recuento final obtuvo un total de 3.790.558 sufragios (60,72%) contra 2.452.527 sufragios (39,28%) de su contrincante.

En Río de Janeiro la victoria, que resultó la más ajustada de toda la historia del municipio, fue para Eduardo Paes del Partido Movimiento Democrático Brasileño, PMDB quien, apoyado por el actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva, recibió 1.696.195 votos (50,83%) frente a 1.640.970 votos (49,17%) de Fernando Gabeira, del Partido Verde, PV.

En Belo Horizonte, tercera alcaldía del país por número de electores, Márcio Lacerda del Partido Socialista Brasileño, PSB, que también contaba con el apoyo del PT del primer mandatario brasileño y del Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB, se alzó con el triunfo con 767.332 papeletas a su favor (59,12%) sobre Leonardo Quintão, PMDB, que sólo consiguió 530.560 refrendos (40,88%).

Pese a perder con estrépito en la capital paulista, el PT ha conseguido alcaldías en seis capitales del país y en 15 ciudades con más de 200.000 electores y es el partido que sale mejor parado de las urnas junto con el PSDB, que conquista cuatro capitales y coloca a José Serra, gobernador de São Paulo y valedor de Kassab y, tal vez, a Aécio Neves, gobernador de Minas Gerais y patrocinador de Lacerda, en la carrera por las Presidenciales de 2010.

Junto a éstos, y a falta de un candidato claro por parte del PT, empieza a sonar con fuerza Sérgio Cabral, gobernador de Río por el PMDB, cuya formación ganó en seis capitales y en 11 ciudades con un censo superior a 200.000 electores, quien también podría perfilarse como presidenciable a la sombra de Lula da Silva, que no podrá repetir.

24 de octubre de 2008

McCain, en números rojos


Al margen del discurso político, la recaudación de fondos es el principal reto de los candidatos en unas elecciones. No sorprende que en el caso norteamericano este extremo de la campaña esté también regulado y se establezcan modelos a elegir por los aspirantes. En concreto, Obama y McCain han tenido que decidir sobre dos tipos: un modelo mixto, con ayudas públicas y privadas que permite la recaudación de hasta 84 millones de dólares. O bien, un modelo privado en el que el aspirante busca sus propios canales de recaudación y que no establece límite alguno. La instauración de estos modelos data de la década de los 70, tras el Watergate, y tiene el objetivo de buscar la máxima independencia de los candidatos.

Pese al loable fin que plantea el sistema, Obama anunció en junio que rechazaba el modelo mixto, conocido como modelo “público”, contradiciendo su promesa inicial de aceptarlo. La decisión se entiende por el éxito de la candidatura demócrata en la captación de fondos. Valga como ejemplo los 150 millones de dólares que logró recaudar sólo en el mes de septiembre, récord histórico en procesos de este tipo. Así, no es de extrañar que la candidatura demócrata haya contratado media hora de televisión en horario de máxima audiencia para el próximo 29 de octubre (próximo miércoles), a sólo seis días para las elecciones.

Por todo ello, la situación de McCain se agrava. La mejoría de la crisis financiera que necesita para recuperar parte del terreno perdido en esta campaña electoral, lejos de producirse, se recrudece para sus intereses. El ex presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan ha comenzado a asumir su responsabilidad, ayer lo hizo ante la Cámara de Representantes, en lo que ha calificado como “tsunami financiero”. El hecho de que los postulados de Greenspan coincidan con los de los conservadores, en cuanto apuestan por la desregulación de los mercados financieros, junto a factores que nada tienen que ver con la economía, como la pérdida del voto latino y el manifiesto apoyo de la prensa a Obama, pueden haber sentenciado definitivamente las opciones de McCain a quien, valga la comparación, se le agota el crédito.

23 de octubre de 2008

Los candidatos olvidados


Se presentan bajo siglas desconocidas, devoradas por el potencial económico de los dos grandes partidos y sin apenas espacio para la conquista de un masa de votantes indecisos, más acostumbrados en creer en el voto útil que en las causas perdidas.

Pese a todo, los llamados “partidos independientes” pueden volver a jugar un papel relevante en la elección del próximo presidente de Estados Unidos, como ya hicieran en 1992 y 2000. Su posicionamiento ideológico, menos acomplejado en algunos temas, puede perjudicar a las candidaturas mayoritarias, al ver como se superan las expectativas que ella genera. En las elecciones que nos ocupan existen dos hechos que amenazan a demócratas y republicanos. Esas circunstancias se llaman Chuck Baldwin y Bob Barr, ambos ex-republicanos que se presentan en estados claves para las aspiraciones de McCain: Georgia y Ohio. Pero no es el único, a Obama también se le presenta competencia entre el sector de izquierda; Ralph Nader, quizá el rostro más conocido de entre los desconocidos, y Cynthia McKinney. Todos los citados se presentan en, al menos, 30 estados.

No obstante, sobra decir que la empresa perseguida por estos candidatos es harto complicada. El propio Nader, que lidera una coalición de partidos independientes, puso en marcha una campaña vía Youtube en la que se quejaba de la escasa atención recibida por los medios de comunicación y le confesaba a su loro que especulaba con la posibilidad de vestirse de oso panda para recibir más atención. El resultado de la iniciativa: 115.000 visitas.

También podemos cuantificar la relativa importancia de estos partidos en otro hecho relevante: desde que en 1992 Ross Perot participara junto a George Bush y Bill Clinton en los debates presidenciales, los independientes han desaparecido de ese foco mediático. La imagen despreciativa de Bush mirando el reloj mientras hablaba Perot, pero sobre todo, la insistencia posterior de Clinton en evitar la participación de estos partidos en debates posteriores por los buenos resultados que conseguían, acabó por alejarlos de un escenario que llega a más de 50 millones de personas de media.

Así que el Partido de la Prohibición, el de la Constitución, el Libertario y el Verde, entre otros, tendrán que seguir ingeniándoselas para llegar a la cabeza y el corazón de los votantes. Tendrán que esforzarse para que se repita la historia de 2000, en la que Nader entregó la presidencia a George W.Bush gracias a los cien mil votos que logró en Florida y, por qué no decirlo, al seguidismo mediático que encumbró al republicano incluso antes de tener los resultados definitivos.

21 de octubre de 2008

Palin, candidata a la presidencia


¿Se imaginan a la mujer que mostró todas sus carencias sobre política internacional en apenas tres entrevistas, hablando en la ONU tras haberse convertido en la primera presidenta de los Estados Unidos? ¿Y al hombre con traza de de gentleman que sufrió un aneurisma cerebral en 1988, y que intentó en dos ocasiones encabezar la candidatura de su partido, como Comandante en Jefe repentino?

Circunstancias similares se han vivido en el pasado y, ahora, tampoco puede descartarse ninguna de las dos opciones. Tanto la candidatura republicana como demócrata han tenido que presentar sendos informes médicos acerca del estado de salud de sus candidatos. Las sospechas se cernían sobre John McCain y Joe Biden, hombres que superan la barrera de los 65 años y con antecedentes de enfermedades graves. En el caso del conservador, ha tenido que publicar más de 1.000 folios detallando lo relacionado a su salud y al cáncer de piel que sufrió. De Biden, se conocen los problemas cerebro vasculares comentados

Barack Obama tampoco se escapa, aunque la principal preocupación no es médica, apenas un folio en el que se afirma que fuma, sino en torno a su seguridad. El demócrata ha movilizado mayor número de agentes secretos que cualquier otro candidato y conocido es el suceso en el que se detuvo a varios hombres que presuntamente planeaban atentar contra él en Denver, durante la celebración de la convención de su partido. .

Así que con todas las expectativas cubiertas, incluidas las de enfermedad repentina o magnicidio, en Florida ya han empezado a votar (con una diferencia favorable a Obama de cuatro puntos). Tendrá que pasar el tiempo para que descubramos si estos factores influyen en el voto, pero de momento ya sabemos que a periódicos como “The New York Times” les interesa saber si el Plan B es fiable. Colin Powell ya ha decidido cuál prefiere y para desgracia de los republicanos, Palin no es la elegida.

20 de octubre de 2008

McCain, un paso por detrás en comunicación

Hablábamos hace unos días, de la iniciativa de Obama de buscar el voto en un territorio “hostil” para sus intereses, como lo es Ohio. En el estado de la región de los Grandes Lagos, el candidato demócrata se echó a la calle y fue puerta por puerta buscando el voto de los electores, medida que calificamos como acertada por razones ya comentadas. Pues bien, John McCain parece haber tomado ejemplo del camino emprendido por su contrincante y se ha propuesto un “más difícil todavía”; hacerse con los 21 delegados de Pensilvania. La tozudez, si podemos llamarlo así, de ambos candidatos se debe a la enorme importancia de los dos estados en la designación del próximo presidente de Estados Unidos. Sin ir más lejos, Ohio decidió las últimas elecciones.

Así que McCain ha decidido poner toda la carne en el asador, por mucho que las encuestas pongan su moral a prueba y que miembros de su propio partido (Colin Powell) afirmen públicamente su devoción por el candidato demócrata. Con su iniciativa, McCain deja de ampararse en aspectos ajenos a su campaña (como la mejora de la economía) y se convierte en protagonista, lo que ya es todo un cambio respecto a tácticas pasadas y un acierto, pues tiene poco que perder a estas alturas.

Pero también hay que señalar que, más allá de la acción puntual emprendida por el republicano, volvemos a observar una tónica habitual en estas elecciones; la candidatura de McCain tiene dificultades para llevar la iniciativa de la campaña y, cuando lo hace, establece límites éticamente reprochables, como al relacionar a Obama con el terrorista Ayers. La razón pudiera deberse a que el lenguaje de Obama ha calado de manera tan generalizada durante la campaña electoral, que los republicanos se encuentran ante una situación desconocida, pues normalmente ha sido la retórica conservadora la que ha repartido las cartas con las que jugar.

Sea como fuere, veremos si a McCain su apuesta le da resultado a dos semanas para conocer al presidente 44 de Estados Unidos.


17 de octubre de 2008

Obama y McCain tras los debates


Los cuatro debates entre los candidatos a la presidencia y la vicepresidencia de los Estados Unidos han concluido y Obama los ha aprovechado para afianzar una ventaja que, en el día de la celebración del primero en Mississippi, era ya de cuatro puntos de diferencia respecto a su rival republicano, según las estimaciones del Real Clear Politics. A día de hoy, esa distancia es de 6.8 puntos. Pero lo más importante no es ya la intención de voto, pues como hemos explicado con anterioridad, el sistema electoral estadounidense prima las victorias en algunos estados en particular con mayor número de delegados. Lo importante para el Partido Demócrata es que en esta comparativa, también resulta fortalecido el senador demócrata. Si observamos el mapa electoral, vemos como la parte central del país e incursiones en el sur y este, están teñidos del color republicano, el rojo. Sin embargo, al margen de Texas que otorga 34 delegados, el resto de estados no suponen una cifra considerable: apenas 106. Las grandes canteras electorales, California, Nueva York, Pensilvania e Illinois, son propiedad de Obama. Y en un quinto, Florida, de gran trascendencia, los sondeos dan una ventaja al demócrata de casi cinco puntos, por lo que podría asegurarse también los 27 delegados de la región. Echando cuentas vemos que, descartando Florida, Obama logra 128 delegados en sólo cuatro estados, casi tantos como McCain en toda la franja de color rojo.

Este fenómeno denota un hecho fundamental: el candidato republicano no ha sido capaz de convencer y, ni tan siquiera, movilizar a su electorado. De los últimos diez presidentes del país americano, siete han sido republicanos, lo que indica una tendencia social favorable a las tesis conservadoras. Pues ni aún así, McCain ha unido a los suyos. Los errores estratégicos, que ya hemos comentado, y la exigencia de un rival muy atrayente a nivel mediático, han sido una losa demasiado pesada para el republicano, que además carga con otro equipaje aún más incómodo, como es la herencia del presidente Bush y la crisis financiera.

Si metemos todo esto en una coctelera, el resultado no puede ser más desolador para el candidato republicano. Pese a todo, entre los medios de comunicación que siguen la campaña existe el convencimiento de que una mejoría a nivel económico, podría volver a meter a McCain en la pugna por la Casa Blanca. Y es que, pese a todos los factores negativos que juegan contra McCain, el peso de la tradición y las artes de los asesores que le rodean, pueden acabar haciendo de las elecciones de 2008 una historia increíble o, lo que parece más a su alcance, una derrota honrosa.

16 de octubre de 2008

McCain conoce tarde a Joe el fontanero


Ficha técnica: Cuarto debate electoral. Tercero entre los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos. Miércoles 15 de octubre de 2008. Universidad Hofstra, en Hempstead (Nueva York)

  • John McCain (Partido Republicano)
  • Barack Obama (Partido Demócrata)

Las elecciones se celebrarán el próximo 4 de Noviembre.


Como lo malos estudiantes, Obama y McCain dejaron su duelo más atrayente para el final. El último cara a cara celebrado en el estado de Nueva York hace apenas cinco horas resultó ser un debate “de verdad”. El formato, esta vez sentados en una mesa semicircular, ayudó a John McCain a quien, por fin, se le vislumbró la intención de dar un cambio a su campaña, lo que contribuyó de manera decisiva a convertir a este debate en el mejor, de largo, de los tres celebrados. Como decíamos ayer, el senador por Arizona debía posicionarse de una vez por todas en alguna de las dos estrategias de campaña que combinaba de manera muy desacertada desde hacía semanas. Y finalmente lo hizo, apostó por el envite y el reto a Obama y no tuvo problemas en proclamar aspectos de lo que hemos denominado “guerra sucia”, como la relación del senador por Illinois con Bill Ayers.

Respecto al candidato demócrata, sabedor de la ventaja que atesora en las encuestas, se mostró más conservador. Dejó la iniciativa a McCain y se limitó al contraataque en la mayoría de las ocasiones. Aguantó con la firmeza habitual las acometidas del republicano y cerró su intervención de manera grandilocuente y realista, hablando de “problemas”, “dificultades” y postulándose como la mejor solución a ello.

Suponemos que el debate hubiera resultado aún más interesante si McCain hubiera adoptado la actitud de esta madrugada desde el primer día. Pero las graves distensiones internas dentro de su partido han provocado semejante falta de estrategia que el senador por Arizona ha concedido demasiado tiempo para presentarse como candidato a la presidencia de Estados Unidos.

El guiño:



  • Además de los candidatos, esta madrugada hubo otro protagonista sin discusión: Joe Wulzelbacher, ya conocido como, Joe “El fontanero”, en este caso de Ohio. Lo introdujo en sus intervenciones John McCain como fórmula, no por obvia menos acertada, de dirigirse a la clase media estadounidense y cargar de credibilidad sus propuestas económicas. Además, se apropió esta vez del “sueño americano” encarnado en esta figura y se postuló como salvador del mismo.
  • La actitud conservadora adoptada por Obama, en el sentido de ceder la iniciativa a su rival, hizo que algunas de sus mejores intervenciones fueran contraataques cuando McCain dejaba su defensa baja. Así, el senador demócrata rescató la figura de este trabajador afirmando: “estoy contento de poderte hablar también a ti, Joe, si es que estás ahí”.

Los eslóganes:

En los dos casos nos encontramos ante referencias mucho más veladas del significado de sus eslóganes. Ni Obama irradió el optimismo de su “Yes, we can”, ni McCain el autoritarismo del “Country First”. En ambos casos hubo intentos por matizar las expresiones y, en general, vestir de mayor grado de credibilidad y realismo, sus palabras.

  • Al senador demócrata le bastó con acentuar las diferencias que le separan de su rival. Las referencias al “cambio” vinieron en esta ocasión, acompañadas de expresiones que denotan una realidad más acorde a lo que acontece, especialmente respecto a la crisis financiera. Sí, habló de “cambio” pero también “dificultad” y “responsabilidad”.
  • En cuanto a McCain, las referencias de su lenguaje conservador, como el “buen pastor” para referirse a cómo gestionará el dinero público y su apuesta por el cuerpo a cuerpo con su rival, hicieron que de nuevo se mostrará coherente con su eslogan.

La telegenia:



· Un formato más acorde a McCain. Sus carencias físicas, motivadas por su reclusión en Vietnam, le convirtieron en anteriores debates, en una figura acartonada y robótica, incapaz de transmitir sensaciones que no fueran la dureza de su gesto. En esta ocasión, con ambos sentados, se le vio más tranquilo y convincente en su papel de candidato. Además, incluyó una novedad en su gama de gestos, mirando a la cámara directamente cuando hablaba de sus propuestas o pretendía dirigirse a los ciudadanos (caso de Joe el fontanero). Pese a ello, lo realmente sorprendente es que tardara dos debates en realizarlo.

  • El talento de Obama radica en la naturalidad de sus actos. Se mantuvo en su línea de tranquilidad y seguridad en sí mismo. Escuchó con una sonrisa en la boca las intervenciones de su rival y no cayó en un error que le pudo costar caro, el de la arrogancia respecto a su rival. Mantuvo el tono y fue convincente, aguantando con solvencia los ataques del republicano. Dirigió la mirada con naturalidad tanto a su rival, como al moderador y la cámara para buscar un mayor grado de persuasión.

El discurso:



  • Mccain fue fiel a su estilo directo y agresivo, aunque en este debate intentó una faz más cercana. Esgrimió todo tipo de argumentos para debilitar a Obama, pero nunca llegó a conseguirlo. Incapaz de transmitir un mensaje optimista y vistos ya los fallos de una estrategia del miedo, las intervenciones de McCain parecen más destinadas a contentar a las filas republicanas que a buscar el voto del indeciso que hoy por hoy le queda muy lejos.
  • Obama no evitó el cuerpo a cuerpo. Aún en los temas más polémicos, como su relación con Ayers, respondió con firmeza y sin concesiones a su contrincante. La sensación que deja el senador demócrata es que se crece conforme pasan los minutos. El rival se ve agotado por la lluvia incesante de “golpes” dirigidos contra él, se acaban por diluir y no dar resultado. Obama se ha posicionado como presidente de Estados Unidos sin esperar a las elecciones.

Las carencias:



  • Para McCain el mayor problema es el tiempo que ha esperado hasta tomar la decisión de presentarse a la Casa Blanca. Las últimas semanas, el senador por Arizona ha recabado suficientes méritos para que los ciudadanos olviden al candidato que apabulló a sus rivales en las primarias del Partido Republicano. La falta de una estrategia definida desde el comienzo, la posibilidad de que para el republicano vea estorbos en algunos elementos de su partido y su acción contradictoria al menos en el último mes, le alejan en las encuestas tras el debate aún más de la presidencia de Estados Unidos.
  • Al hablar de “dificultades” Obama acabó con algunas de las críticas que se hacía sobre su discurso, al que se negaba a darle cualquier viso negativo.

La jugada:



  • Aunque haya quien pueda verlo como una estrategia equivocada, el distanciamiento explícito de McCain respecto a Bush de esta noche, acaba con una forma de crítica que se sucedía desde el comienzo de la campaña. Al sacarlo de las tinieblas del debate, el senador republicano puede atacar a su rival (“si quería medirse con el presidente Bush, haberse presentado hace cuatro años”) y se reafirma en su perfil de hombre alejado de la burocracia. Esto último ha sido el único papel que McCain ha jugado con firmeza desde el comienzo de la campaña.
  • Paralelamente al desquite de McCain, el contraataque de Obama fue del todo acertado. Desoyó las palabras del republicano y englobó a los dos políticos republicanos bajo el marchamo de “más de lo mismo”. Una táctica inteligente, pues tal y como están las cosas en materia económica, el lema puede debilitar a su rival.

El resultado:

El mejor debate para McCain no ha encontrado eco entre los electores. Los sondeos realizados tras el cara a cara por cadenas como la CNN o la CBS dan como vencedor a Obama, por un margen muy amplio. Esa mejoría en la candidatura republicana debe entenderse, fundamentalmente, como de consumo interno. Al contrario que en debates anteriores, McCain pudo haber convencido a los suyos, pero difícilmente a los indecisos, lo que se entiende por la dificultad de lanzar un mensaje optimista cuando se es en parte responsable de la grave crisis económica que azota a Estados Unidos.

15 de octubre de 2008

Un paréntesis: elecciones generales en Canadá


La derecha canadiense repite victoria pero gobernará en minoría

Un tanto distraídos por la repercusión de todo lo que rodea a las elecciones estadounidenses, la realidad es que los comicios en Estados Unidos no son los únicos que se están celebrando en nuestro planeta en estos días. Sin ir demasiado lejos, el norte de América albergó esta pasada madrugada hora española, la llamada a las urnas del pueblo canadiense para la elección de un nuevo presidente.

O no tanto. Porque el Partido Conservador, que gobernaba el país hasta la fecha, se ha asegurado la continuidad en el poder. Aún con resultados provisionales, la formación de Stephen Harper suma 144 escaños, 20 más que en las pasadas elecciones y a once de la mayoría absoluta que con probabilidad, no alcanzará. Así, a Harper tendrá que volver a gobernar en minoría por segunda vez consecutiva.


No obstante, el resultado del Partido Conservador debe considerase como un éxito al menos por tres razones:
  • Mejora sus últimos resultados sustancialmente en escaños, como hemos comentado y porcentaje de voto (del 36,3% al 37,7%).
  • Al tiempo, se produce una derrota abultada del Partido Liberal, encabezado por Sthepane Dion, que se queda en 77 diputados, 26 menos que en 2006 y con un descenso de 4 puntos en porcentaje de votos.
  • Son las primeras elecciones celebradas (y adelantadas) en un país afectado por la grave crisis financiera actual y, aún así, el partido de gobierno ha mantenido el poder, mejorando sus resultados.
En sus primeras palabras, el primer ministro canadiense ha apuntado las líneas de su mandato: gobernar en nombre de todos los canadienses, crear un Parlamento que trabaje y respetar los compromisos electorales del partido.

Estos han sido los resultados según las principales agencias de noticias y la comparación con los de 2006:

Partidos

Escaños

Porcentaje voto

E. 2006

P.V 2006

P. Conservador

144

36.7%

124

36.3%

P. Liberal

76

26.2%

103

30.2%

Bloque Quebequés

50

16.2%

51

16.5%

P.Socialdemócrata (NDP)

38

12.3%

29

9.4%