El síndrome de la página en blanco

Con ánimo de no desperdiciar ninguna ocasión para hablar del tema, hoy los medios nos recuerdan que se cumple el primer año de Obama como presidente. Lo mismo ocurrió cuando se cumplía el aniversario inicial de su victoria electoral. La realidad es que si ya el 4 de noviembre las sombras se acumulaban sobre el balance de las expectativas, tres meses más tarde el panorama se ha ennegrecido considerablemente.

Hoy Obama ha perdido un escaño decisivo en Massachussets, demócrata desde los años 50. La muerte de Ted Kennedy puso este asiento al Senado en juego y los republicanos le han dado una tunda a sus rivales (en la imagen, Scott Brown, el "elefante" victorioso). Además de la derrota en sí, la aprobación de la reforma sanitaria queda en peligro, el primer gran logro palpable que Obama esperaba presentar a los americanos después de un año de sinsabores.

En perspectiva, puede que lo que le está fallando a Obama sea el relato. Si durante la campaña electoral logró construir una historia apasionante e integradora, en su tránsito como presidente la obligación de los resultados objetivos le están mermando la credibilidad de la historia. Más aún cuando las expectativas planteadas eran tan altas como para no alcanzarlas. Esto ha propiciado que su Administración haya perdido por momentos el dominio de la agenda y, sin ir más lejos, que Obama se haya visto “obligado” a posponer su discurso de la Unión (en España, sobre el Estado de la Nación) debido al estreno de una nueva temporada de “Perdidos”.

No obstante, el factor tiempo debe jugar a favor del presidente americano. Un año es tan solo eso y aunque este año se enfrenta a la renovación parcial de las cámaras legislativas con el riesgo que eso conlleva para los demócratas, la recuperación continuada de la economía, por ejemplo, debe jugar a favor de su presidencia. Junto a este hecho, Obama deberá poner en juego, otra vez, su capacidad persuasiva para vender a la sociedad alguna de sus promesas más relevantes una vez se hayan cumplido. Y lo necesita cuanto antes para evitar que el síndrome de la página en blanco se apodere de su mandato.