El voto colegial: niños y elecciones

Alguno podrá pensar que ya es suficiente la insistencia que muestran las candidaturas de los partidos políticos a las elecciones, como para no dejar en paz ni tan siquiera a los niños. Pero eso es lo que ha sucedido en El Salvador durante las pasadas elecciones presidenciales de las que hemos dado cuenta en este blog. La Fundación FADES llevó a la práctica una idea no exenta de polémica: unas elecciones infantiles. Bajo el título “Niños y niñas con voz y voto”, cerca de 100.000 menores salvadoreños mostraron sus preferencias políticas respecto a los candidatos presidenciales, arrojando una conclusión clara: casi el 70% de ellos votó lo mismo que sus padres.

Aunque el fin oficial del proyecto es loable, promocionar el interés cívico y la conciencia democrática entre la chiquillería, no está exento a la crítica. Podríamos aventurarnos a hablar sobre el uso demoscópico que se hacen de los datos extraídos en este plan. O sobre las tentaciones adoctrinadoras que conlleva explicarle a un niño en qué se basa cada partido político y pedirle que se pronuncie sobre el mismo.

Lo cierto es que el uso de niños en distintas fases de una campaña electoral es algo bien común. Y este hecho manifiesta algunas divergencias en comparación al hincapié que se hace en la ley respecto a la protección del menor. A fin de cuentas, y ya no se trata de una cuestión exclusiva del caso salvadoreño, resulta sorprendente que se legisle para evitar la programación de, por ejemplo, contenidos inadecuados en televisión, pero que sin embargo, se permita que sean los mismos menores, protagonistas de spots electorales ciertamente muy alejados de sus preocupaciones.

En tanto y en un terreno pedagógico, cabe preguntarse si la realización de una elección a escala, es la fórmula más oportuna de sensibilizar a las nuevas generaciones con sus derechos democráticos. Desde este blog somos reticentes a la idoneidad de este proyecto y bien creemos que la promoción del interés cívico y la conciencia social entre los niños encuentra fórmulas más adecuadas, como la exigencia de que éstos cumplan con las responsabilidades que le son propias, lejos de un juego electoral que, por sí mismo, no significa gran cosa.


Pinche aquí para ver el resultado de estas elecciones.