Vaya por delante que este blog no cree en la imparcialidad de los medios como resultado de una operación aritmética y sí como fruto del trabajo profesional del periodista, del que esperamos que sepa diferenciar el grano de la paja para ahorrar al espectador de tal tarea. En ese sentido, la invitación de TVE a Mariano Rajoy para participar en “Tengo una pregunta para usted…” de esta noche, cursada hace dos meses después de que el Partido Popular se molestara por la cobertura al presidente del Gobierno en el mismo programa, es discutible y pone de relieve cierto complejo del ente público por mostrarse equidistante frente al hecho noticioso.
Sea como fuere, el caso es que Rajoy se dispondrá hoy a responder por espacio de dos horas a las preguntas de cerca de 100 ciudadanos. La principal diferencia que marca esta aparición pública del líder de la oposición con la realizada anteriormente y con las propias del presidente del Gobierno, es que por primera vez, se presenta en la posición imaginaria de “líder” y no de “aspirante”, como hasta ahora. Y ello se debe a la crisis económica que tanto ha desgastado al actual Gobierno y sobre la que se espera que giren buena parte de las cuestiones de esta noche. Así, el triunfo para Rajoy se basará en su capacidad para abrazar el liderazgo político, hoy por hoy, moribundo en nuestro país.
No obstante, y pese a que el tema económico gozará de un merecido protagonismo, el peligro para Rajoy versará en otros temas, en el que el máximo dirigente popular se esforzará por mostrarse firme en sus principios sin caer en el radicalismo, para unos, o la ligereza, para otros. Además, tendrá que luchar contra la superficialidad que este programa genera en su repercusión mediática. En la cabeza de los espectadores está el “café de Zapatero” y “el sueldo de Rajoy”, cuestiones todas ellas que los medios de comunicación se encargaron de expandir tras el programa y que encarnan el verdadero espíritu de “Tengo una pregunta para usted…”. Así que si en cuanto a contenido, Rajoy tendrá que trasladar un discurso “presidenciable”, en la forma deberá esforzarse porque ninguna anécdota en forma de pregunta pretendidamente ocurrente, empañe la imagen sobre la que suponemos ha trabajado.
Mostrarse tranquilo, saber encajar las críticas, redireccionar los temas desfavorables, adoptar un talante cercano y conciliador y, sobre todo, responder a todo lo que se pregunta huyendo de la retórica política y acercándose a las preocupaciones del ciudadano, podríamos decir que son el manual para salir airoso de un programa como el que se le avecina a Rajoy. Claro que otra cosa será, la capacidad del popular para llevarlas a cabo. Esta noche veremos.
Sea como fuere, el caso es que Rajoy se dispondrá hoy a responder por espacio de dos horas a las preguntas de cerca de 100 ciudadanos. La principal diferencia que marca esta aparición pública del líder de la oposición con la realizada anteriormente y con las propias del presidente del Gobierno, es que por primera vez, se presenta en la posición imaginaria de “líder” y no de “aspirante”, como hasta ahora. Y ello se debe a la crisis económica que tanto ha desgastado al actual Gobierno y sobre la que se espera que giren buena parte de las cuestiones de esta noche. Así, el triunfo para Rajoy se basará en su capacidad para abrazar el liderazgo político, hoy por hoy, moribundo en nuestro país.
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El peligro para Rajoy vendrá de las preguntas ocurrentes que puedan empañar su mensaje
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No obstante, y pese a que el tema económico gozará de un merecido protagonismo, el peligro para Rajoy versará en otros temas, en el que el máximo dirigente popular se esforzará por mostrarse firme en sus principios sin caer en el radicalismo, para unos, o la ligereza, para otros. Además, tendrá que luchar contra la superficialidad que este programa genera en su repercusión mediática. En la cabeza de los espectadores está el “café de Zapatero” y “el sueldo de Rajoy”, cuestiones todas ellas que los medios de comunicación se encargaron de expandir tras el programa y que encarnan el verdadero espíritu de “Tengo una pregunta para usted…”. Así que si en cuanto a contenido, Rajoy tendrá que trasladar un discurso “presidenciable”, en la forma deberá esforzarse porque ninguna anécdota en forma de pregunta pretendidamente ocurrente, empañe la imagen sobre la que suponemos ha trabajado.
Mostrarse tranquilo, saber encajar las críticas, redireccionar los temas desfavorables, adoptar un talante cercano y conciliador y, sobre todo, responder a todo lo que se pregunta huyendo de la retórica política y acercándose a las preocupaciones del ciudadano, podríamos decir que son el manual para salir airoso de un programa como el que se le avecina a Rajoy. Claro que otra cosa será, la capacidad del popular para llevarlas a cabo. Esta noche veremos.
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