De lo menos que puede calificarse al sistema electoral estadounidense es de complejo. Las marcadas diferencias ideológicas que tradicionalmente se mantienen en algunos estados hacen que los candidatos descarten en ocasiones realizar campaña en ellos. Además, se da la posibilidad de que el candidato más votado no se convierta en el próximo presidente de la mayor potencia del mundo. Por si fuera poco, se vota el primer martes posterior al primer lunes de noviembre, es decir, en día laborable. Y para rematar, las encuestas se publican hasta el momento en el que se inicia el proceso electoral y los resultados de la costa este se dan cuando en la oeste todavía se sigue votando.
Para explicar este enrevesado método de elección debemos explicar la figura del “elector” que es el epicentro del sistema de voto indirecto que rige en Estados Unidos. A cada estado se le asigna un número de electores, en función de su población. En total, las elecciones presidenciales ponen en juego 538 electores en todo el país, el mismo número que congresistas hay en
Esa forma de “todo para el más votado” hace posible que, aún teniendo mayor número de votos populares, un candidato no obtenga los votos electorales necesarios para convertirse en presidente. El número para serlo es de 270 votos electorales. El sistema de votación se cierra con la reunión del Colegio Electoral (los 538 delegados) dos meses después de la celebración de las elecciones para proclamar al próximo presidente de los Estados Unidos.
No obstante, y como ha dejado de manifiesto la primera negativa al Plan de Rescate de la economía propuesto por el presidente Bush, acaparar el poder ejecutivo no garantiza el control sobre el Congreso (Cámara de Representantes y Senado). El acento sobre la separación de poderes convierte a los comicios legislativos, en las que se eligen a 538 congresistas y 100 senadores, en cruciales para el control de la política exterior o económica.
Observemos ahora los resultados de las últimas dos citas presidenciales. En la de 2000 veremos un caso práctico de lo anteriormente comentado: mayor número de votos populares no garantiza el acceso a la Casa Blanca
Elecciones 2000
Candidatos | Votos Electorales | Votos populares |
George W.Bush | 271 | 50.456.1697/ 48% |
Al Gore | 266 | 59.028.109/ 48% |
En el proceso de 2004, los resultados discurrieron por cauces más “comprensibles”. George W.Bush consiguió aumentar su apoyo.
Elecciones 2004
Candidatos | Votos Electorales | Votos populares |
George W.Bush | 286 | 62.040.610/ 50.7% |
John Kerry | 252 | 59.028.444/ 48.3% |
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