17 de octubre de 2008

Obama y McCain tras los debates


Los cuatro debates entre los candidatos a la presidencia y la vicepresidencia de los Estados Unidos han concluido y Obama los ha aprovechado para afianzar una ventaja que, en el día de la celebración del primero en Mississippi, era ya de cuatro puntos de diferencia respecto a su rival republicano, según las estimaciones del Real Clear Politics. A día de hoy, esa distancia es de 6.8 puntos. Pero lo más importante no es ya la intención de voto, pues como hemos explicado con anterioridad, el sistema electoral estadounidense prima las victorias en algunos estados en particular con mayor número de delegados. Lo importante para el Partido Demócrata es que en esta comparativa, también resulta fortalecido el senador demócrata. Si observamos el mapa electoral, vemos como la parte central del país e incursiones en el sur y este, están teñidos del color republicano, el rojo. Sin embargo, al margen de Texas que otorga 34 delegados, el resto de estados no suponen una cifra considerable: apenas 106. Las grandes canteras electorales, California, Nueva York, Pensilvania e Illinois, son propiedad de Obama. Y en un quinto, Florida, de gran trascendencia, los sondeos dan una ventaja al demócrata de casi cinco puntos, por lo que podría asegurarse también los 27 delegados de la región. Echando cuentas vemos que, descartando Florida, Obama logra 128 delegados en sólo cuatro estados, casi tantos como McCain en toda la franja de color rojo.

Este fenómeno denota un hecho fundamental: el candidato republicano no ha sido capaz de convencer y, ni tan siquiera, movilizar a su electorado. De los últimos diez presidentes del país americano, siete han sido republicanos, lo que indica una tendencia social favorable a las tesis conservadoras. Pues ni aún así, McCain ha unido a los suyos. Los errores estratégicos, que ya hemos comentado, y la exigencia de un rival muy atrayente a nivel mediático, han sido una losa demasiado pesada para el republicano, que además carga con otro equipaje aún más incómodo, como es la herencia del presidente Bush y la crisis financiera.

Si metemos todo esto en una coctelera, el resultado no puede ser más desolador para el candidato republicano. Pese a todo, entre los medios de comunicación que siguen la campaña existe el convencimiento de que una mejoría a nivel económico, podría volver a meter a McCain en la pugna por la Casa Blanca. Y es que, pese a todos los factores negativos que juegan contra McCain, el peso de la tradición y las artes de los asesores que le rodean, pueden acabar haciendo de las elecciones de 2008 una historia increíble o, lo que parece más a su alcance, una derrota honrosa.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Todavía no se puede hablar de derrota o victoria.El convencimiento de los electores se materializa en el voto. El resultado de encuestas de opinión, medios de comunicación, favorables para Obhama se pueden convertir en un arma de doble filo ya que pueden dar la sensación de que ya está todo hecho. Esto puede generar una sensación de despreocupación entre su electorado y puede despertar la movilización de los "no convencidos" por McCain pero menos simpatizantes de Obhama.