16 de octubre de 2008

McCain conoce tarde a Joe el fontanero


Ficha técnica: Cuarto debate electoral. Tercero entre los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos. Miércoles 15 de octubre de 2008. Universidad Hofstra, en Hempstead (Nueva York)

  • John McCain (Partido Republicano)
  • Barack Obama (Partido Demócrata)

Las elecciones se celebrarán el próximo 4 de Noviembre.


Como lo malos estudiantes, Obama y McCain dejaron su duelo más atrayente para el final. El último cara a cara celebrado en el estado de Nueva York hace apenas cinco horas resultó ser un debate “de verdad”. El formato, esta vez sentados en una mesa semicircular, ayudó a John McCain a quien, por fin, se le vislumbró la intención de dar un cambio a su campaña, lo que contribuyó de manera decisiva a convertir a este debate en el mejor, de largo, de los tres celebrados. Como decíamos ayer, el senador por Arizona debía posicionarse de una vez por todas en alguna de las dos estrategias de campaña que combinaba de manera muy desacertada desde hacía semanas. Y finalmente lo hizo, apostó por el envite y el reto a Obama y no tuvo problemas en proclamar aspectos de lo que hemos denominado “guerra sucia”, como la relación del senador por Illinois con Bill Ayers.

Respecto al candidato demócrata, sabedor de la ventaja que atesora en las encuestas, se mostró más conservador. Dejó la iniciativa a McCain y se limitó al contraataque en la mayoría de las ocasiones. Aguantó con la firmeza habitual las acometidas del republicano y cerró su intervención de manera grandilocuente y realista, hablando de “problemas”, “dificultades” y postulándose como la mejor solución a ello.

Suponemos que el debate hubiera resultado aún más interesante si McCain hubiera adoptado la actitud de esta madrugada desde el primer día. Pero las graves distensiones internas dentro de su partido han provocado semejante falta de estrategia que el senador por Arizona ha concedido demasiado tiempo para presentarse como candidato a la presidencia de Estados Unidos.

El guiño:



  • Además de los candidatos, esta madrugada hubo otro protagonista sin discusión: Joe Wulzelbacher, ya conocido como, Joe “El fontanero”, en este caso de Ohio. Lo introdujo en sus intervenciones John McCain como fórmula, no por obvia menos acertada, de dirigirse a la clase media estadounidense y cargar de credibilidad sus propuestas económicas. Además, se apropió esta vez del “sueño americano” encarnado en esta figura y se postuló como salvador del mismo.
  • La actitud conservadora adoptada por Obama, en el sentido de ceder la iniciativa a su rival, hizo que algunas de sus mejores intervenciones fueran contraataques cuando McCain dejaba su defensa baja. Así, el senador demócrata rescató la figura de este trabajador afirmando: “estoy contento de poderte hablar también a ti, Joe, si es que estás ahí”.

Los eslóganes:

En los dos casos nos encontramos ante referencias mucho más veladas del significado de sus eslóganes. Ni Obama irradió el optimismo de su “Yes, we can”, ni McCain el autoritarismo del “Country First”. En ambos casos hubo intentos por matizar las expresiones y, en general, vestir de mayor grado de credibilidad y realismo, sus palabras.

  • Al senador demócrata le bastó con acentuar las diferencias que le separan de su rival. Las referencias al “cambio” vinieron en esta ocasión, acompañadas de expresiones que denotan una realidad más acorde a lo que acontece, especialmente respecto a la crisis financiera. Sí, habló de “cambio” pero también “dificultad” y “responsabilidad”.
  • En cuanto a McCain, las referencias de su lenguaje conservador, como el “buen pastor” para referirse a cómo gestionará el dinero público y su apuesta por el cuerpo a cuerpo con su rival, hicieron que de nuevo se mostrará coherente con su eslogan.

La telegenia:



· Un formato más acorde a McCain. Sus carencias físicas, motivadas por su reclusión en Vietnam, le convirtieron en anteriores debates, en una figura acartonada y robótica, incapaz de transmitir sensaciones que no fueran la dureza de su gesto. En esta ocasión, con ambos sentados, se le vio más tranquilo y convincente en su papel de candidato. Además, incluyó una novedad en su gama de gestos, mirando a la cámara directamente cuando hablaba de sus propuestas o pretendía dirigirse a los ciudadanos (caso de Joe el fontanero). Pese a ello, lo realmente sorprendente es que tardara dos debates en realizarlo.

  • El talento de Obama radica en la naturalidad de sus actos. Se mantuvo en su línea de tranquilidad y seguridad en sí mismo. Escuchó con una sonrisa en la boca las intervenciones de su rival y no cayó en un error que le pudo costar caro, el de la arrogancia respecto a su rival. Mantuvo el tono y fue convincente, aguantando con solvencia los ataques del republicano. Dirigió la mirada con naturalidad tanto a su rival, como al moderador y la cámara para buscar un mayor grado de persuasión.

El discurso:



  • Mccain fue fiel a su estilo directo y agresivo, aunque en este debate intentó una faz más cercana. Esgrimió todo tipo de argumentos para debilitar a Obama, pero nunca llegó a conseguirlo. Incapaz de transmitir un mensaje optimista y vistos ya los fallos de una estrategia del miedo, las intervenciones de McCain parecen más destinadas a contentar a las filas republicanas que a buscar el voto del indeciso que hoy por hoy le queda muy lejos.
  • Obama no evitó el cuerpo a cuerpo. Aún en los temas más polémicos, como su relación con Ayers, respondió con firmeza y sin concesiones a su contrincante. La sensación que deja el senador demócrata es que se crece conforme pasan los minutos. El rival se ve agotado por la lluvia incesante de “golpes” dirigidos contra él, se acaban por diluir y no dar resultado. Obama se ha posicionado como presidente de Estados Unidos sin esperar a las elecciones.

Las carencias:



  • Para McCain el mayor problema es el tiempo que ha esperado hasta tomar la decisión de presentarse a la Casa Blanca. Las últimas semanas, el senador por Arizona ha recabado suficientes méritos para que los ciudadanos olviden al candidato que apabulló a sus rivales en las primarias del Partido Republicano. La falta de una estrategia definida desde el comienzo, la posibilidad de que para el republicano vea estorbos en algunos elementos de su partido y su acción contradictoria al menos en el último mes, le alejan en las encuestas tras el debate aún más de la presidencia de Estados Unidos.
  • Al hablar de “dificultades” Obama acabó con algunas de las críticas que se hacía sobre su discurso, al que se negaba a darle cualquier viso negativo.

La jugada:



  • Aunque haya quien pueda verlo como una estrategia equivocada, el distanciamiento explícito de McCain respecto a Bush de esta noche, acaba con una forma de crítica que se sucedía desde el comienzo de la campaña. Al sacarlo de las tinieblas del debate, el senador republicano puede atacar a su rival (“si quería medirse con el presidente Bush, haberse presentado hace cuatro años”) y se reafirma en su perfil de hombre alejado de la burocracia. Esto último ha sido el único papel que McCain ha jugado con firmeza desde el comienzo de la campaña.
  • Paralelamente al desquite de McCain, el contraataque de Obama fue del todo acertado. Desoyó las palabras del republicano y englobó a los dos políticos republicanos bajo el marchamo de “más de lo mismo”. Una táctica inteligente, pues tal y como están las cosas en materia económica, el lema puede debilitar a su rival.

El resultado:

El mejor debate para McCain no ha encontrado eco entre los electores. Los sondeos realizados tras el cara a cara por cadenas como la CNN o la CBS dan como vencedor a Obama, por un margen muy amplio. Esa mejoría en la candidatura republicana debe entenderse, fundamentalmente, como de consumo interno. Al contrario que en debates anteriores, McCain pudo haber convencido a los suyos, pero difícilmente a los indecisos, lo que se entiende por la dificultad de lanzar un mensaje optimista cuando se es en parte responsable de la grave crisis económica que azota a Estados Unidos.

0 comentarios: