28 de noviembre de 2008

El modelo populista


Entremos en la retórica populista, en este caso de Hugo Chávez. Cuando tras las elecciones municipales felicitó a la oposición y pidió, no se sabe por qué, que esta reconociera al jefe del Estado, es decir a él, los partidarios del régimen chavista se apresuraron a proclamar ese acto como ejemplo de la democracia que impera en Venezuela. En primer término, sorprende que esos mismos defensores que con tanta virulencia califican la celebración de elecciones en otros países como una simple puesta en escena muy alejada de la verdadera democracia, se vanagloriaran de que la jornada electoral en Venezuela transcurriera sin incidentes ni sospechas, lo que le convertía al país caribeño en el paradigma del respeto a la soberanía popular.

Pero además de los hechos puntuales, si tuviéramos que resumir la retórica a la que antes hacíamos mención en una sola palabra, esta sería “victimismo”. Conocido el afán de Chávez, Ortega y el resto de miembros del ALBA (Alternativa Bolivariana para las Américas) por crear enemigos en el imaginario colectivo, el mandatario venezolano ha empleado muy poco tiempo en poner boca arriba sus cartas. La maquinaria chavista, que tras el varapalo del referéndum de 2007 y el menos considerable de las municipales renqueaba, ha sacado a relucir todo su arsenal y pide el procesamiento del alcalde de Maracaibo y de varios directores de medios de comunicación. ¿El motivo? Un complot para asesinar al presidente venezolano. Superada la frivolidad de Chávez al permitirse frivolizar sobre la cuestión violenta que cuesta la vida a 13.200 venezolanos cada año, este repulsivo montaje llama la atención, dado el afán del presidente venezolano en presumir del respaldo de las Fuerzas Armadas.

Para hacernos a la idea de las características de estos regímenes, sirva la confesión de Manuel Zelaya, presidente de Honduras, que sin cortapisas reconoció su apelación a la corrupción y el fraude para vencer en las elecciones de 2005. O el cierre del Parlamento nicaragüense por parte del presidente Ortega y sus secuaces para que la oposición no pueda presentar un recurso para la celebración de nuevas elecciones. O, en resumen, la permanente búsqueda en el exterior de las razones que llevan a los países mencionados a actuar de la manera autocrática que acostumbran, en la que el lenguaje cobra una importancia colosal, como fórmula de cohesión ante el enemigo y generador de un permanente estado de pasividad en el que cualquier acción del benefactor (el Gobierno) genera una adhesión inquebrantable. Así se explica la persecución de Chávez a los medios de comunicación discrepantes, con el cierre de Radio Caracas Televisión en 2007 y la actual acusación de complot. Que nos tomemos a broma “Aló presidente” no significa que no sea un eficaz objeto de propaganda.

Elecciones en Guinea-Bissau (legislativas)


El Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde, PAIGC, ha ganado las elecciones legislativas del pasado 16 de noviembre en Guinea-Bissau, según el anuncio hecho público por la Comisión Nacional Electoral (CNE).

El PAIGC, que lidera Carlos Gomes Júnior (en la imagen), de 58 años, obtuvo 227.036 votos y 67 diputados, conquistando así la mayoría cualificada en la Asamblea Nacional Popular (ANP), que está compuesta por 100 escaños. La segunda posición fue para el Partido de la Renovación Social, PRS, que sumó 115.409 votos y 28 diputados, y la tercera para el Partido Republicano para la Independencia y el Desarrollo, PRID, del actual presidente João Bernardo Viera, que contabilizó 34.305 votos y sólo 3 diputados.
También obtuvieron representación parlamentaria, el Partido Nueva Democracia, PND, y Alianza Democrática, AD, que lograron un diputado cada uno para los próximos cuatro años de legislatura.

La tasa de participación, que quedó fijada en el 82% del electorado, fue la más elevada de la historia democrática de la república y el proceso, seguido por la Comisión de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO), se desarrolló en libertad, sin incidentes y con transparencia.

25 de noviembre de 2008

Venezuela y Nicaragua tras las elecciones


Ayer planteábamos la situación en la que queda Venezuela tras la celebración de sus elecciones municipales, mostrando una cautela poco compartida en el terreno mediático, sobre el nivel de la derrota del chavismo en esos comicios. La prudencia se justifica por el tipo de elecciones celebradas y porque, en definitiva, Chávez sigue contando con el apoyo de una mayoría aplastante del país (77%) y además no tiene un rival visible entre la oposición, por más que algunos elementos le sean contrarios, como la posibilidad de que pierda feudos electorales tradicionales, como el voto de los pobres.

Con opositores y oficialistas aparentemente felices por los resultados, se advierte otra tendencia dentro de Latinoamérica. A propósito de la desvergüenza del gobierno Ortega respecto a las elecciones municipales en Nicaragua, la Organización de Estados Americanos ha rechazado la moción que el presidente sandinista, con el apoyo de Chávez, promovió contra el máximo representante de dicha organización, por manifestar serias dudas acerca de la legitimidad de los resultados electorales. El hartazgo ante la verborrea y el despotismo de mandatarios como Ortega, comienza a ser común denominador entre los países de su entorno.

Porque en Nicaragua la situación no puede ser más caótica. Doce días después de la celebración de las municipales, el Consejo Supremo Electoral dio a conocer el escrutinio final en el que, como no podía ser de otra manera el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, se alza con la victoria, consiguiendo 105 alcaldías, entre ellas Managua, la capital, que será gobernada por el ex boxeador Alexis Argüello. Mientras, el Partido Liberal Constitucionalista, PLC, gana en 37 municipios y la Alianza Liberal Nicaragüense, ALN, conquista 4 ayuntamientos. Antes de las votaciones, el FSLN mantenía el poder en 87 corporaciones y el PLC en 57. En ese margen de tiempo, los brutales enfrentamientos entre seguidores sandinistas y liberales han dejado un saldo de dos fallecidos por la ola de violencia que invadió el país y numerosos heridos en todo el territorio nicaragüense.

El líder liberal, Eduardo Montealegre, que mostró resultados favorables al PLC a partir de las actas recogidas por su partido en varias mesas de votación, acusó al CSE de fraude y se negó a reconocer el veredicto emitido por el tribunal electoral. A la par, la ausencia de observadores imparciales ha hecho crecer, paulatinamente, un clamor de desconfianza entre liberales, medios de comunicación, representantes eclesiásticos y organismos internacionales como la mencionada OEA. El proyecto de ley anunciado por Montealegre cuenta ya con los 47 votos favorables para ver prosperar su demanda de anulación del proceso, aunque se enfrenta ahora con el decreto presidencial promulgado por Ortega que reconoce en su conjunto el fallo inapelable del CSE. Se observa así el patrón de actuación de Ortega; por una parte, alienta las revueltas callejeras en busca de una política de hechos consumados y, por otro lado, manipula órganos institucionales, como el CSE, con el mismo objetivo.

Y junto a él, el presidente Chávez, respaldando al socio en la lucha por la Revolución, ayudándole en la búsqueda de enemigos simbólicos y de espaldas a las miserias de sociedades rotas por la retórica belicista de políticos irresponsables cuando no por actuaciones del mismo estilo.

24 de noviembre de 2008

¿Quién ha ganado en Venezuela?


O dicho de otro modo, ¿tiene la oposición venezolana razones para la alegría tras la celebración de las elecciones municipales ayer, domingo? De un primer vistazo, los datos (y los titulares de los periódicos) indican que sí. Se han impuesto en las regiones más pobladas, Zulia y Miranda y han conquistado la alcaldía de Caracas de gran valor político además de simbólico. Y en alero quedan los resultados de Carabobo, tercer caladero de votos del país en el que todavía prosigue el recuento, lo que apunta a un estrecho resultado. Si añadimos a estos resultados, la negativa del referéndum del pasado año, el golpe al bloque oficialista resulta evidente y la tendencia preocupante para los intereses del presidente venezolano.

Por tanto, ¿qué razones hay para creer que el chavismo no se ha debilitado? La explicación estaría en el suelo electoral de unos y otros. En el número de electorales que han respaldado a Chávez y sus aliados frente a los opositores. Según el propio PSUV, esa cifra se acercaría a los seis millones de votantes, en un marco de participación del 65% respecto a 17 millones de personas. Es decir, unos 11 millones de participantes. De ahí que, extrapolando a unas elecciones generales (las próximas son en enero de 2013), tenga poca importancia si Chávez ha perdido dos o cuatro estados, si la mayoría le apoya.

Pero al margen de estas elecciones de las que en horas conoceremos los resultados definitivos, la principal preocupación para Chávez se encuentra en la dar con la clave para mantener el favor de los pobres, mientras el precio del barril de petróleo continúa abaratándose (50 dólares) y, por tanto, los ingresos del país, reduciéndose. Y es que incluso para un régimen socialista como el venezolano, factores tan demonizados como la globalización y la crisis internacional, golpean directamente sus estructuras.

23 de noviembre de 2008

¿Venezuela elige representantes?


Los 17 millones de venezolanos que eligen hoy a sus representantes municipales, acuden a una cita electoral que añade, además de las dudas que hemos venido manifestando, alguna complicación que acaba por generar cierto clima de desconfianza. Para empezar, el Consejo Nacional Electoral que con tanto afán defiende el frente chavista, encontrará un contrapeso en la figura de los 37.000 “supertestigos”, voluntarios que ejercerán como observadores del correcto desarrollo de las elecciones. Esta red, creada tras la publicación del resultado del referéndum de 2007 en el que 4.500 actas no fueron publicadas, pretende también insuflar confianza entre los electores y, así, disminuir la abstención.

En segundo lugar, las propias características de estos comicios invitan a la desconfianza. Dependiendo del estado, los electores tendrán que votar en la jornada de hoy, a entre siete y diez cargos de representación. Todo ello ante unas máquinas que restringen el tiempo del voto a tres minutos, por lo que es casi imprescindible acudir a la cita con la lección muy bien aprendida. Para ello, la oposición se ha encargado de “formar” a muchos de sus votantes, explicándoles el funcionamiento de esta tecnología. Además de este hecho, el volumen de cargos a elegir puede producir un recuento muy largo, lo que es igualmente preocupante.

Por último, el tono amenazante en las palabras del presidente Chávez, que sin presentarse ha dado más mítines que cualquiera de los candidatos de su partido y el hecho de que planteara estos comicios como una reválida de su mandato, provocan que sea mucho lo que se juegue el máximo mandatario venezolano y, por ello, existan dudas de si aceptará la previsible derrota que los sondeos le otorgan, entre cuatro y ocho gobernadores, puede que incluso en su Barinas natal. Actualmente, Chávez controla 20 de los 22 estados venezolanos.

En resumen, una suma de dudas inasumible para el correcto funcionamiento de una democracia y que sólo sirven para sembrar el terreno de un futuro marco de conflictividad social y división entre los ciudadanos. Quizá evitar esa brecha que acaba por generar frentes cuando deberían existir tendencias, sea la principal responsabilidad que haya que exigirle a un político y, en el caso de Chávez, su retórica y sus actuaciones están lejos de contribuir a la conciliación.

19 de noviembre de 2008

La desregulación chavista

En estos días de cumbre mundial anticrisis y cierta tendencia al debate ideológico sobre la economía global, aprovecho uno de los clichés más empleados para referirse al colapso que padecemos; la desregulación. Ése es el mal que se le achaca a la Administración Bush, aunque el presidente electo, Obama, haya extendido las culpas más allá del gobierno republicano.

En todo caso, no es mi intención hablar de economía. Sí de un mal que castiga de forma incesante a Venezuela y del que su presidente, Hugo Chávez, se inhibe. El país caribeño es el más castigado por el azote de la violencia de toda América Latina. Según el Informe Latinobarómetro de este año, un 57% de los venezolanos considera que la inseguridad es el principal problema de su país. Para completar el panorama, el Observatorio Venezolano de Violencia ha cifrado el aumento de homicidios en la década chavista. En ese plazo se ha pasado de 4.550 muertas violentas a 13.200. (En la imagen, el presidente Chávez abraza a uno de sus hermanos).

El desamparo ha servido, como no podía ser de otra manera, para que se hayan creado poderes paraestatales que ocupan los espacios que, bien el gobierno no ha querido ocupar, o bien no ha podido. Sea como fuere, de nuevo vemos un interesante caso de recreación de un mundo a través de las palabras. Chávez, conocido además de por su programa “Aló presidente” por sus habituales arremetidas contra el todavía presidente Bush, así como contra el mandatario de Colombia, Álvaro Uribe, entre otros, aleja el foco de la lamentable realidad violenta del país que preside para presentar un mundo que debe entenderse únicamente en clave ideológica y de confrontación; conmigo o contra mí. En esa tónica, que es también un mensaje del miedo en el sentido en que se identifica un enemigo extranjero (Estados Unidos frecuentemente), la retórica es utilizada como casus belli y, por tanto, justifica cualquier proclama o medida que el gobierno de la nación tome en su defensa y que con total frecuencia no obedecen a otro fin que al enriquecimiento de los poderes públicos y no a las necesidades de la población.

La cuestión que subyace a este hecho es una pregunta que ha traído de cabeza a no pocos profesionales interesados en el sector de la comunicación: si aceptamos la premisa de que el gobierno venezolano da la espalda a una realidad tan evidente, ¿cómo es posible que Chávez cuente con el respaldo de la mayoría? Sin entrar en la cuestión técnica acerca de los métodos de recuento que el Consejo Nacional Electoral utilice y sus deficiencias, el ejemplo venezolano es sólo uno más. Podríamos preguntarnos también el motivo por qué muchos estadounidenses de clase media-baja apoyan al Partido Republicano si sus propuestas económicas son normalmente contrarias a estas personas. El profesor Lakoff, citado en el blog sobre Estados Unidos, explica con certeza este hecho justificando esa biconceptualidad de muchos venezolanos con el hecho de que las personas no votan propuestas, sino valores. Y, de ahí, que los mensajes políticos de éxito traten uno o varios valores. En definitiva, lo que Lakoff dice es que de nada sirve decirle a la gente la verdad si su mente no está preparada para asimilarla como es debido. Entre la oposición chavista parece haber cundido esta idea hoy ya ampliamente respaldada y quizá el éxito en el referéndum constitucional de hace un año deba entenderse como la aplicación de esta idea.

En un buen número de países, pero quizá en Venezuela con más gravedad por la adopción de ese mensaje bélico, la certeza de las palabras del autor de "No pienses en un elefante" se hace más patente que nunca, mientras media población venezolana ha declarado haber sido víctima en alguna ocasión de un delito.

18 de noviembre de 2008

El presidente 2.0


Se acabó la radio para los discursos semanales de los presidentes estadounidenses y el correo ordinario para las quejas y sugerencias. La apuesta a día de hoy es Internet y el email, además de las numerosas redes sociales que proliferan en la Red. Pero el mensaje es claro; el nuevo siglo que para muchos empieza en 2009 con la entrada de Obama en la Casa Blanca, se escribe de forma cibernética.

Es común citar ejemplos de anteriores mandatarios norteamericanos cuyas apuestas por determinados medios de comunicación les produjeron amplias ventajas. Así, Franklin D. Roosvelt apostó por la radio en un período tan complicado como el que espera a Obama. Kennedy explotó su atractivo y sus virtudes comunicativas para aliarse con la televisión. Y de Obama no hay duda de que su impacto mundial se debe, sin descartar otras fórmulas, a su claro compromiso con las nuevas tecnologías, Internet, email y Facebook, incluidos.

Especial importancia adquieren las iniciativas en las redes sociales. El presidente electo se rodeo del creador de Facebook para lanzar su campaña en ese portal, lo que además de múltiples adhesiones públicas y donativos, le proporcionó impagable información sobre sus votantes potenciales, a coste cero. Importante lección para aquellos interesados en forjar una campaña electoral con pocos recursos y, también, para ejemplificar cómo se pueden buscar y el por qué de parte del éxito recaudatorio de Obama.

La tendencia está ahí. En España, Rajoy llamaba por teléfono a simpatizantes invitándoles a participar en una reunión con la plana mayor del Partido Popular. Quién más quién menos dentro del campo político, cuenta con un blog en el que buscar la participación del ciudadano. Y la “guerra de los vídeos” propagados gracias al Youtube es tónica habitual en las campañas de los países de nuestro entorno, por más que debamos reconocer las abismales diferencias respecto al padre de la criatura, Estados Unidos.

Y pese a todas las bondades que podamos citar de la utilización de las nuevas tecnologías entre un colectivo obligado a seguir los pasos de la sociedad, cuando no de abrirlos, la conclusión sigue siendo la misma; no hay fórmulas mágicas. En comunicación, como en cualquier otro ámbito, el éxito se estudia y se planifica. Y también como en cualquier otra esfera, la capacidad de lograrlo dependerá del talento de quienes trabajan en ello. Sin olvidarnos de la fortuna.

La sombra de Nicaragua se cierne sobre Venezuela


El próximo domingo los ojos de la comunidad internacional irán se centrarán en Venezuela. El país caribeño escoge a sus representantes municipales en unas elecciones que comparten algunas características con los celebrados hace una semana en Nicaragua.

-Pese a tratarse de comicios locales, ambas elecciones se celebran o se han celebrado bajo un ambiente plebiscitario de la figura de sus respectivos presidentes, Daniel Ortega y Hugo Chávez.

-Los resultados son inciertos, cuestión obvia en cualquier elección, aunque no así las respuestas que están generando. Nicaragua vive estos días los problemas de haber celebrado unos comicios fraudulentos y en Venezuela, el presidente Chávez ha amenazado con sacar los tanques a las calles en caso de que el resultado no le sea favorable e incluso, con que “quien traiciona a Chávez y al pueblo está muerto políticamente”.

-Aunque está confirmada la presencia de 130 observadores internacionales, las palabras del presidente venezolano enturbian la celebración de estas elecciones y además sienta las bases de actuación ante una posible derrota de su partido.

En cuanto a las particularidades de las municipales venezolanas, hay que destacar la división en el frente chavista. El Partido Socialista Unido de Venezuela no ha logrado establecer una alianza junto a Patria Para Todos y el Partido Comunista de Venezuela, lo que hace que en el bloque oficialista existen diversas candidaturas en algunas ciudades, circunstancia que puede debilitarle. Entre la oposición, tradicionalmente muy dividida, afronta esta elección como una suma de fuerzas tras su triunfo con el “No” en el referéndum convocado por Chávez el 2 de diciembre de 2007. Además, ya en enero una veintena de partidos de la oposición suscribieron un acuerdo para concurrir juntas a estos comicios.

Además de alcaldes, los venezolanos tendrán la oportunidad de elegir a los miembros de los Consejos Legislativos Estatales, la encarnación del poder legislativo en cada uno de los Estados Federales que conforman el país, por un período de cuatro años. El órgano electoral es el Consejo Nacional Electoral, que visto lo de Nicaragua, estará bajo la atenta mirada de todos los opositores al presidente venezolano.

17 de noviembre de 2008

Invierno decisivo para América


Afrontamos una semana decisiva para el futuro de tres países del continente americano. Por una parte, Nicaragua continúa sumida en el caos tras destaparse el fraude de sus elecciones municipales celebradas hace una semana y lejos de tranquilizarse, la crispación social va a más y los paños calientes utilizados por el Consejo Supremo Electoral continúan sin convencer a la oposición al Frente Sandinista. Tras aceptar un nuevo recuento de los votos en algunas ciudades, el órgano electoral del país se reafirmó en su proyección de dar a Alexis Argüello, candidato sandinista a la capital del país, Managua, ganador de la elección en la ciudad. En un acto incomprensible, el candidato liberal, Eduardo Montealegre, no envió fiscales al seguimiento del recuento, pero insiste en que él es el ganador de la elección en la capital del país (Clicar sobre la imagen de la izquierda).

Mientras esto ocurre, el gobierno ha comenzado su particular campaña de victimismo que busca desacreditar a todo el que manifiesta serias dudas acerca de los resultados electorales. Resulta paradójico que el “plan de desestabilización” manifestado por la administración de Ortega ponga en el punto de mira a las organizaciones internacionales a las que prohibió el seguimiento de los comicios. Como afirmamos recientemente, la transparencia debe ser un elemento común en los procesos electorales democráticos de todo el mundo y, por ello, no se entiende que se evite la observación por parte de organizaciones extranjeras de un proceso que nada ha de ocultar. Al tiempo, portavoces del gobierno advierten a los que tachan de fraude estas elecciones, que si Ortega quisiera hacer prevalecer estos resultados por la fuerza, “no quedaría piedra sobre piedra”, lo que es todo un ejercicio de “responsabilidad y serenidad”. (El presidente del CSE, Rivas Reyes, en la imagen)

Entre la comunidad internacional, Canadá ha sido el último país en unirse a la preocupación por el cariz que están tomando los acontecimientos. A las declaraciones de Estados Unidos, la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos, Canadá ha sumado peticiones de transparencia para el proceso electoral.

El enconamiento de la situación y las amenazas vertidas desde el gobierno hacen sospechar que se tratará de evitar por todos los medios una nueva celebración de las elecciones municipales. La proximidad con las venezolanas, que se celebran el próximo domingo, hace que no se pueda descartar una actuación conjunta por parte de Ortega y Chávez en la que se culpe a organismos y prensa extranjera, o simplemente no afín, de no respetar la soberanía de ambos países, por más que los hechos se empeñen en negar semejantes proclamas.

Respecto a los otros dos países que decidirán su futuro próximamente, se trata de la ya mencionada Venezuela (23 de noviembre) y de El Salvador (enero de 2009), quizá recordado por muchos como aquél país del “Viva Honduras” del ex ministro de Defensa, Federico Trillo. A lo largo de esta semana iremos desvelando algunas de las claves de ambas elecciones al tiempo que permaneceremos atentos a como avancen los hechos en Nicaragua, donde la situación es realmente preocupante.

14 de noviembre de 2008

Qué hacer en Nicaragua



La situación en Nicaragua es caótica, a propósito del fraude electoral destapado esta semana. El Consejo Supremo Electoral parece haber detenido el recuento de los votos emitidos quedándose en aproximadamente el 87% y, mientras, la oposición hace públicos sus datos en plataformas paralelas, señalando el pucherazo que el organismo electoral ha cometido.
(Véase http://www.voto2008.org/). Sin embargo, el foco de atención lo ponemos hoy sobre la utilización de dos términos habitualmente repetidos en el marco de un proceso electoral. Estos son, "transparencia" y "limpio".

Ajeno a la polémica suscitada, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, felicitó ayer al gobierno nicaragüense precisamente por la celebración de un proceso electoral "limpio" y "transparente". En concreto, Chávez afirmó que "el FSLN alcanzó el triunfo en la mayoría de las alcaldías a elección, mediante un proceso limpio y de absoluta transparencia, supervisado por el incuestionable profesionalismo del Consejo Supremo Electoral de Nicaragua, institución con cerca de tres décadas de experiencia en procesos electorales", lo que unido a su amenaza mitinera de sacar los tanques a la calle si en Venezuela la oposición consigue un triunfo en las próximas elecciones municipales del día 23, reflejan su particular visión de la limpieza y transparencia que debe tener un proceso electoral. Pese a todo, es de justicia reconocer que Venezuela contará con 130 observadores internacionales en su jornada de elección, según confirmó el Consejo Nacional Electoral, lo que ya distancia a esos comicios de los celebrados en Nicaragua.

Pero no sólo Chávez ha utilizado esos términos para referirse a lo acontecido el pasado domingo. El embajador de Estados Unidos en el país y la Unión Europea han pronunciado las mismas palabras, si bien para construir frases que deslegitiman los comicios.

En medio de esta revuelta de la que nadie tiene certeza acerca de como terminará, se abre un punto de discusión más amplio; la forma en la que algunos gobiernos utilizan los mecanismos propios de la democracia para vaciarlos de sentido y mostrarlos sólo en apariencia. Considerando que todas las democracias son mejorables en la práctica, pero que en ningún caso las deficiencias de unas pueden justificar los abusos de otras, creo que deberíamos acordar al menos cuatro características para la celebración de unas elecciones que desprendan resultados justos, entendidos éstos como los desprendidos de la soberanía popular:

-Libertad, derecho a la información incluido.
-Independencia de los órganos que participan en la elección, desde partidos hasta consejos electorales.
-Acceso a la participación, es decir, que ninguna zona de ningún país se quede excluido del proceso por razones estructurales.
-Transparencia, porque se entiende que dándose las premisas anteriores no hay qué ocultar.

Dado que no pretendo formular una teoría, estas características están abiertas a discusión. En todo caso, y puesto que son las de partida, bajo ese prisma, las celebradas en Nicaragua se alejan de la justicia que se le supone a un proceso electoral. Y por ello, desde un punto de vista retórico y semántico, no tiene sentido que la oposición pida la "repetición de elecciones", ya que las celebradas el pasado domingo no obedecen a características claves.

(En las imágenes, portadas de periódicos en los últimos días y a la derecha, violento en la ciudad de Managua).

13 de noviembre de 2008

Elecciones en Israel (municipales)


El laico Barkat desplaza a los ultraortoxos de
la alcaldía de Jerusalén


Casi cinco millones de israelíes renovaron a sus representantes en los municipios de todo el país, en unas elecciones que preludian la celebración de las generales en febrero de 2009. En esta ocasión, la mayor atención se centraba en las dos grandes ciudades del país, Tel Aviv y Jerusalén, ciudad esta última que no renovó la confianza en los ultraortodoxos.

El candidato laico e independiente Nir Barkat (en la imagen), empresario del sector de la alta tecnología de 49 años, resultó ganador de las elecciones a la alcaldía de Jerusalén tras conseguir el 52% de los votos emitidos en la consulta celebrada el pasado martes, 11 de noviembre, que se convocó también para elegir representantes municipales en otras 158 poblaciones de Israel.

También en Jersusalén, el ultraortodoxo judío Meir Porush del Partido Judaísmo Unido de la Torá obtuvo el 43% de los sufragios, el magnate ruso Arcadi Gaydamack, bajo las siglas del recién estrenado Partido de la Justicia Social, apenas llegó el 3,6% de las papeletas, y Dan Biron, un músico partidario de legalizar la marihuana, ni siquiera alcanzó el 1% con el Partido de la Hoja Verde.

En Tel Aviv, el actual alcalde Ron Huldai, antiguo piloto de caza de 64 años y candidato del Partido Laborista, alcanzaba el 50% de los votos y seguirá en el cargo durante los próximos cinco años por tercera vez consecutiva. Su principal opositor, Dov Khenin, del partido izquierdista Hadash, sólo pudo conseguir el 34% de respaldo.

Fieles a los llamamientos para abstenerse de votar realizados por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), 230.000 palestinos dieron la espalda a los comicios en Jerusalén, donde participó el 41% del electorado, un punto por encima de la media alcanzada en el conjunto del país, que fue del 39,9%. En la ciudad santa, la más pobre de Israel, los principales partidos políticos Kadima, Likud y Laborista no presentaron candidato, dando por perdida la batalla electoral.

La siguiente elección de los israelíes será la de su primer ministro, el 10 de febrero de 2009. Unos comicios que se han adelantado a su tiempo previsto tras destaparse los escándalos de corrupción de Ehud Olmert por los que se vio obligado a dimitir. Este hecho, unido a la imposibilidad posterior de Tzipi Livni, la sucesora de Olmert al frente del gobierno y el liderazgo de Kadima, para formar gobierno, motivó el adelanto electoral.

12 de noviembre de 2008

Presunto fraude en Nicaragua


Si en la última entrada sobre las elecciones municipales en Nicaragua nos hacíamos eco de las acusaciones de fraude que desde distintas organizaciones civiles y desde la oposición se realizaban a la labor realizada por el órgano electoral, el Consejo Supremo Electoral, se ha dado un paso más en esa dirección.

El Nuevo Diario se hace eco en su portada de hoy (en la imagen a la izquierda) de la destrucción de miles de papeletas de los partidos de la oposición, así como de la petición del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) y la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (Amchan), al CSE de cotejar las actas de escrutinio de los partidos políticos con las oficiales en presencia de observadores nacionales e internacionales.

La conclusión más relevante que sacamos de este triste proceso es la pérdida de legitimidad del Frente Sandinista, partido del presidente Ortega. El empeño de esta formación en convertir estas municipales en un referendo de la acción del presidente podría volver los efectos negativos de tal situación contra la figura del máximo dirigente nicaragüense.

Elecciones en Nicaragua (municipales)


Pasado el huracán “Obama” y los restos de la tormenta electoral estadounidense, los procesos electorales siguen sucediéndose en el resto del planeta. De hecho, en la última semana países como Zambia, Nueva Zelanda, Escocia (próximamente en este blog), San Marino y Nicaragua han elegido representantes.

Especial repercusión están obteniendo los celebrados en el país centroamericano, a buena cuenta de los disturbios que se han producido desde el domingo (dos muertos) y el lento escrutinio de los votos, que todavía no alcanza el 90% de los emitidos.

Los datos que se conocen indican que con el 86% de las mesas escrutadas y según datos preliminares facilitados por el Consejo Supremo Electoral (CSE) el Frente Sandinista de Liberación Nacional, FSLN, ha ganado en 91 municipios y obtenido 866.111 votos (48,24%). Según la misma fuente, el Partido Liberal Constitucionalista, PLC, conquista 49 municipios y totaliza 827.583 votos (46,10%) y Alianza Liberal Nicaragüense, ALN vence en 3 municipios con 76.889 votos (4,28%). (Vea como queda el mapa electoral de Nicaragua en la web del CSE)

La oposición ha rechazado de plano estos resultados y tilda de “pucherazo” los mismos. Además, otros elementos hacen dudar de la veracidad de los datos ofrecidos.

-La Organización de Estados Americanos fue vetada para el seguimiento de las elecciones.

-El Centro Carter, organismo mediador creado por el ex presidente estadounidense Jimmy Carter, también fue vetado. Este Centro ya recomendó en 2007 la “despolitización del sistema electoral” del país y puso en duda la idoneidad del CSE como órgano electoral.

-Ética y Transparencia, organismo de observación afincado en Nicaragua, se ha planteado la veracidad de los resultados y al igual que el Centro Carter, atisba serias dudas sobre la eficacia del CSE.

El telón de fondo que enmarca este proceso electoral es, por un lado, la fórmula plebiscitaria que el Frente Sandinista otorgó a estos comicios, planteados como un referendo sobre la gestión del gobierno de Ortega. Por otra parte, la pertenencia de Nicaragua al organismo Alternativa Bolivariana de las Américas (ALBA) comandando por el presidente venezolano Hugo Chávez, y la celebración de elecciones regionales en este país el próximo día 23, convierte a ambos comicios en acontecimientos claves para la reafirmación de esa alternativa, lo que hace evidente que un varapalo a sus aspiraciones lo sería también a su movimiento.

Estrategias de comunicación

Desde el punto de vista comunicológico, quizá el hecho más destacable sea el eslogan que la oposición popularizó durante la campaña electoral: “Todos contra Ortega”. Ya hemos comentado en el pasado y con motivo de uno de los pasos efectuados por McCain en su carrera hacia la Casa Blanca, los riesgos de emprender una campaña de tintes negativos con el fin de trasladar miedo al votante acerca de una de las opciones políticas. No obstante, la situación política diverge de manera absoluta entre países como Estados Unidos y Nicaragua, de ahí que no nos extrañe la proclamación de mensajes en ese sentido.

En general, la oposición trata de denunciar los vicios caudillistas en los que a su juicio incurre el presidente electo, en el caso que nos ocupa, Daniel Ortega. Así encontramos ejemplos cercanos, como Venezuela, donde la oposición se apropió del “Por qué no te callas” pronunciado por el Rey de España en la Cumbre Iberoamericana celebrada en Chile el pasado año, para mostrar su disconformidad y aunar esfuerzos.

No obstante, la realización de un análisis profundo sobre las ventajas e inconvenientes de las campañas del miedo deben considerarse en relación con la realidad socio-cultural y económica del país en el que se realiza. Como punto fundamental podríamos afirmar que en sociedades avanzadas, con una clase media predominante y facilidad en el acceso a la información, las estrategias negativas tienen menos probabilidad de éxito. Todo ello acompañado por la tendencia dentro del campo de la publicidad y la comunicación de optar por la potenciación de los valores diferenciales y positivos de nuestro producto, un candidato no deja de ser algo así, antes que por limitarse a la crítica destructiva del contrario que, incluso en el caso de tener éxito, cuenta con una vida muy corta por ser un fin en si misma.

Resultados provisionales:

Frente Sandinista de Liberación Nacional - 866.111 votos- 48,24%- 91 municipios

Partido Liberal Constitucionalista- 827.583 votos- 46,10%- 49 municipios

Alianza Liberal Nicaragüense- 76.889 votos- 4,28%- 3 municipios

Elecciones en Zambia ( presidenciales)


El continuismo y la abstención marcan la elección
de presidente en Zambia

Rupiah Banda, del Movimiento Democrático Multipartidista, MMD, y presidente en funciones de Zambia, resultó finalmente ganador de las elecciones presidenciales extraordinarias celebradas el jueves 30 de octubre, que habían sido convocadas para elegir al sucesor de Levy Mwanawasa, fallecido en agosto pasado de una trombosis cerebral.

Banda (en la imagen), que contabilizó un total de 718.359 votos, algo más del 40% de los sufragios, se impuso por mayoría simple, pero suficiente para lograr la victoria y gobernar, a Michael Sata, su principal opositor y líder del Frente Patriótico, PF, que sumó 683.150 votos, el 38.1%.

En la convocatoria también participaron Hakainde Hichilema del Partido Unido para el Desarrollo Nacional, UPND, He replaced Anderson Mazoka after an interparty election, organized by functioning party president Sakwiba Sikota, which followed Mazoka's death in May 2006.que obtuvo 353.018 votos, el 19,7 % y Godfrey Miyanda, candidato del Partido Tradicionalista, HP, que apenas alcanzo el 1%.

De un censo de 3,9 millones de votantes registrados, solamente votó el 45,43% del electorado, casi un 25% menos que en las elecciones de 2006 que registraron una participación del 70%.

Resultados:

Movimiento Democrático Multipartidista -718.359 votos - 40%

Frente Patriótico- 683.150 votos - 38.1%.

Partido Unido para el Desarrollo Nacional- 353.018 votos- 19,7 %

Partido Tradicionalista- entorno a los 17.000 votos- 1%

11 de noviembre de 2008

Elecciones en San Marino (parlamentarias)


El centro derecha se hace con el control parlamentario
en San Marino

La coalición de centro-derecha Pacto por San Marino, PpSM, ha ganado las elecciones parlamentarias anticipadas celebradas el domingo 9 de noviembre, en la república constitucional más antigua y pequeña de Europa, al imponerse a la coalición de centro-izquierda Reformas y Libertad, ReL. El resultado final fue de 11.371 votos (54,22%) y 35 parlamentarios a favor de la liga PPSM contra 9.601 votos (45,78%) y 25 escaños que cosechó la ReL.

El Pacto está formado por el Partido Democristiano de San Marino (incluye a los Europopulares y al grupo Arengo y Libertad) que se anotó 6.692 votos (31,91%) y 22 parlamentarios; la Alianza Popular, que recibió 2.415 votos (11,52%) y logra 7 parlamentarios; la Lista de la Libertad, formada por el Partido Socialista Nuevo y Nosotros, Sanmarineses, LDL, que obtuvo 1.317 votos (6,28%) y 4 parlamentarios; y la Unión Sanmarinesa de Moderados, que integra a Populares Sanmarineses y a la Alianza Nacional Sanmarinesa, USDM, que sumó 874 votos (4,17%) y 2 parlamentarios.

Por su parte, Reformas y Libertad, ReL, aglutina a tres formaciones políticas: el Partido Social Demócrata, PSD, 6.702 votos, 31,96% y 18 parlamentarios; Izquierda Unida, SU, 1.797 votos (8,57%) y 5 escaños; y Democracia de Centro, DCD, 1.037 votos (4,94%) y 2 asientos.

De un censo total de 31.845 sanmarineses con derecho a voto, la participación fue del 68,48% del electorado. De esta cifra, el 24% corresponde a electores que viven fuera del país y casi el 90% al sufragio de ciudadanos residentes.

El Gran Consejo General (Consiglio Grande e Generale) de la Serenísima República de San Marino está integrado por 60 parlamentarios. Cada seis meses, sus miembros designan a dos Capitanes Regentes con funciones de Jefe de Estado.

Resultados:

Pacto por San Marino- 11.371 votos – 54.22%- 35 diputados

-Democristianos: 6.692 votos- 31.91%- 22 diputados

-Alianza Popular: 2.415 votos- 11.52%- 7 diputados

-Lista de la Libertad- 1.317- 6.28%- 4 diputados.

-Alianza Nacional Sanmarinesa- 874 votos- 4.17%- 2 diputados

Reformas y Libertad- 9.601 votos- 45,78%- 25 diputados

-Partido Social Demócrata- 6.702 votos- 31.96%- 18 diputados.

-Izquierda Unida- 1.797 votos- 8.57%- 5 diputados.

-Democracia de Centro- 1.037 votos- 4.94%- 2 diputados.

Elecciones en Nueva Zelanda (generales)


Key cierra la puerta a nueve años de mandato laborista
en Nueva Zelanda

John Key, un conservador multimillonario de 47 años, se ha impuesto con claridad a la primera ministra Helen Clark, de 58 años, en las elecciones celebradas en Nueva Zelanda el sábado 8 de noviembre, poniendo fin a nueve años consecutivos de hegemonía laboralista.

El Partido Nacional obtuvo el 45% de los votos y 59 escaños, quedando a solo tres de la mayoría absoluta, ya que el parlamento unicameral neozelandés se compone de 122 miembros. Key, ex ejecutivo del banco Merril Lynch, formará gobierno, con toda probabilidad, con la formación derechista ACT y la centrista Futuro Unido, que consiguieron cinco y un escaños respectivamente. Igualmente, el Partido Maorí podría formar parte del nuevo Ejecutivo, gracias a un diputado que también arrancó en las urnas. Otros grupos que han logrado representación parlamentaria son el Partido Verde de los ecologistas de izquierda y el Partido Progresista, que suman ocho y un escaños, por este orden.

La abultada derrota del Partido Laboralista, que contabilizó el 33% de los sufragios y 43 escaños, ha llevado a Helen Clark no sólo a perder el plebiscito sino a anunciar la dimisión como líder de su partido. Sin embargo, el mayor descalabró fue para el Partido Nueva Zelanda Primero de Winston Peters, ex ministro de Asuntos Exteriores, que pierde los siete escaños que tenía y se queda sin representación parlamentaria después de 30 años en la Cámara.

5 de noviembre de 2008

Presidente Obama


Al todavía presidente Bush hay que reconocerle, al menos, su actitud cercana y campechana. O eso, o no se entiende de otro modo la críptica felicitación que le dedicó a Barack Obama tras imponerse en las elecciones de esta madrugada en la que dijo “que te lo pases bien”. No parece que la realidad económica e internacional permita el nuevo presidente, que tendrá que superar un ajetreado trámite y esperar hasta el 20 de enero para ser nombrado oficialmente, seguir el consejo del actual presidente estadounidense que agota sus últimos 70 días como gobernante.

Puestos a reconocer méritos, es de justicia también destacar la actitud de McCain en su discurso de aceptación de la derrota. Es una pena que dejara su mejor mensaje para cuando tenía que constatar su derrota. Al republicano se le vio emocionado, creíble y patriota, cualidades que durante la campaña electoral fue incapaz de trasladar, lastrado por sus contradicciones y su incapacidad para distanciarse, si es que era posible, de la penosa herencia dejada por Bush.

Así que de momento, Obama saborea ya su éxito, aunque no fuera completo ya que no alcanzó la mayoría de bloqueo en el Senado. No obstante, puede que tras su discurso de ayer en Chicago en el que rescató algunos pasajes de aquel otro en la Convención Demócrata de 2004, esta fase no se prolongue en el tiempo, en la medida en que el proceso burocrático que se abre tras las elecciones deja poco espacio al disfrute. Entre el 9 de diciembre y el 20 de enero, Obama estará expectante a los rigores de un sistema electoral de votación indirecta, esto es, a la reunión del Colegio Electoral. Cabe recordar que los delegados no están obligados a votar por el candidato de su partido. A la par, Obama deberá configurar su equipo de colaboradores, una decisión primordial para un presidente. De hecho, podría decirse que es la decisión más importante que deberá tomar en el corto plazo. Y todo ello hasta que el 20 de enero a las 12 de la mañana hora de Washington, Obama jure su cargo, convirtiéndose en el presidente número 44 de los Estados Unidos y en uno de los mandatarios que alcanza el cargo con mayor popularidad dentro y fuera del país norteamericano.